El bolívar es un muerto viviente. En un intento gubernamental por darle un nuevo “impulso”, los venezolanos tuvimos una segunda reconversión monetaria en tres años y la tercera en doce años en la cual la moneda del país ha experimentado la eliminación de catorce ceros desde que la administración del fallecido ex-presidente Hugo Chávez tomó las riendas de la nación suramericana.
La moneda venezolana -el bolívar- hoy amanece con una nueva eliminación de seis ceros, para sumar catorce ceros suprimidos desde 2008.
No han sido reconversiones, sino pulverizaciones, como todo lo que el socialismo destruye. pic.twitter.com/xLwacCJJfZ
— Pedro Urruchurtu (@Urruchurtu) October 1, 2021
Las reconversiones son efectuadas por el gobierno cuando conviene reexpresar los montos a cifras contables más aceptables. Informalmente las personas ya venían haciéndolo. Si un producto marcaba, por ejemplo, 3.000.000bs, los vendedores decían 3000, sobreentendiéndose dicha situación. Las reconversiones son cuestiones de forma, no de fondo. En la nación con la inflación más alta del mundo, y con cuatro años de hiperinflación, lo que probablemente suceda, de seguir iguales las condiciones económicas, es que al cabo de tres años a la administración Maduro le toque hacer otra reconversión.
El dinero es un reflejo y expresión de la producción de bienes y servicios de un país. El dinero no es riqueza, la riqueza viene dada por la transformación de los recursos naturales o no de un país. Hay que enfatizar que el recurso más importante de una nación es el recurso humano. La inventiva de las personas, sus conocimientos para crear, producir, transportar, vender, innovar, esa es la verdadera riqueza. El dinero es la tecnología que mide esa capacidad humana de producir, por lo tanto, no puede justificarse que en Venezuela, donde existe una acentuada contracción económica, existan billones de bolívares que producidos de la nada se inserten en el torrente económico del país, lo que inevitablemente trae que al haber pocos bienes y servicios producidos, los precios estén efectivamente expresados en millones para comprar cosas que sabemos que en otros países con economías más estables no expresen ese precio tan abultado.
El otro agravante de la situación es que para poder importar bienes del exterior se necesitan dólares, ante la inutilidad del bolívar, llámese soberano o el nuevo “digital”, los venezolanos se refugian en usar la divisa fiat norteamericana, instintivamente la gente “sabe” que el bolívar carece en el mediano plazo de poder adquisitivo. De las características que debe tener un bien para ser considerado dinero, el bolívar, gracias a su imposición forzosa, sólo cumple con la cualidad de ser un mero medio de intercambio. Y tan bueno es que en lo que las personas lo reciben, ya desean cambiarlo por dólares o productos que necesiten en el momento. Hay que destacar que el fenómeno del dólar no es homogéneo: En la frontera colombo-venezolana se acepta el peso colombiano. y en el estado Bolívar hasta se usan pepitas de oro para la compra-venta de mercancías. En resumen: En la realidad del venezolano, la divisa preferida para comerciar NO es el bolívar.
Bitcoin: La Alternativa
En contextos de alta inflación históricamente, las personas refugiaban el valor en cosas tales como los bienes raíces o en el oro. En el caso particular del oro aún es una excelente reserva de valor. El problema que tiene el oro es su difícil almacenamiento y la facilidad de ser robado o confiscado por el gobierno.
Antes de abordar a Bitcoin como una alternativa real en Venezuela a los embates inflacionarios y a la inutilidad de la divisa local, no hay que perder de vista que en muchas partes del mundo se está eliminando el dinero papel. Cada vez son más las naciones que están trabajando en la implementación de divisas digitales emitidas por los bancos centrales (CBDC por sus siglas en inglés) y particularmente en China están trabajando intensamente para que su divisa tenga éxito, hasta el punto de prohibir agresivamente a Bitcoin y demás criptoactivos. China y Venezuela son aliados geoestratégicos; aunque del llamado “Bolívar Digital” no se tiene hasta ahora información detallada al respecto, el simple hecho de tener el apellido “digital” deja entrever la posibilidad de su naturaleza. De ser esta inferencia cierta, entonces pudiéramos estar asistiendo, de haber también asesoría de China e inversión en infraestructura tecnológica, a una paulatina disminución en el uso del efectivo y en una similar adopción como en China en el uso de esta divisa fiat en formato digital.
No hay que ser ingenuos en pensar que una CBDC es el anhelo de todo gobierno que desee controlar más a sus ciudadanos: Con el uso de las CBDC, se puede emitir a discreción más divisas, se pueden conocer los hábitos de compra de los ciudadanos, y de ser incómodo a los intereses del gobierno la conducta o tendencia política de ese ciudadano, no le costaría nada a ese gobierno censurar la cuenta de esa persona. En una sociedad como la venezolana, donde muchos valoran más la seguridad por encima de la libertad, esto es una posibilidad real. Muchos desconocen el poder del dinero como instrumento de ejercer poder coercitivo.
Para quienes entienden y usan Bitcoin en Venezuela la elección es muy obvia. El problema con la adopción de esta excelente tecnología viene dado por la costumbre de las personas en ver al dinero como algo que no vale la pena analizarlo, o sea, las personas a diario luchan por obtener más y más dinero, pero pocos se detienen a analizar, por ejemplo, si tener más dólares es mejor que tener más Bitcoins. La dinámica de Venezuela ofrece también un entorno hostil en el cual dada la diaria necesidad de supervivencia, pocas personas toman la iniciativa de empezar a apreciar a Bitcoin como la mejor solución a la cuestión del dinero, a nivel local, y a nivel mundial.
Quizá el argumento que muchas personas esgrimen contra Bitcoin es por su volatilidad. La verdad es que Bitcoin es el dinero más estable que existe: Hay una emisión predecible de monedas cada 10 minutos, dicha emisión disminuye cada cuatro años a la mitad, y según su protocolo, para el año 2140 no existirán más satoshis por emitir. ¿Existe alguna divisa fiat, digital o no, que puede exhibir tal estabilidad? Cabe preguntarse si como ciudadanos o deberíamos preguntarle a la gente de China si ellos conocen las características de su moneda digital, por lo menos saber cuántas monedas habrán.
Bitcoin es un dinero único en su clase, de hecho, Bitcoin no sirve para otra cosa sino para ser dinero sólido. La supuesta volatilidad de Bitcoin es cuando se establece su valoración en dinero fiat, y en su pequeña capitalización de mercado si se compara con la capitalización de mercado de otros tipos de dinero, por ejemplo, con el oro. En el caso de Venezuela, Bitcoin ofrece una estabilidad superior en ordenes de magnitud si se compara con la volatilidad exhibida por el bolívar, no importa el apellido que tenga. Citando este párrafo de Criptonoticias, podemos apreciar lo siguiente:
Ahora bien, si un venezolano hubiese comprado 10 dólares en bitcoin el 3 de marzo de 2018, hoy tendría un equivalente a USD 27.942, ya que en solo 3 años bitcoin le habría ofrecido una rentabilidad de 279.417%, según el sitio 99bitcoins. En cambio, de haber conservado 10 dólares por 3 años, hoy solo podría comprar 1 kilo de café, 1 de azúcar y una margarina, mucho menos de lo que habría podido comprar hace 3 años.
Finalmente, el hecho de que algo sea digital, no quiere decir que sea necesariamente bueno. La bondad de Bitcoin es que es un protocolo que está ahí, listo para que la gente lo adopte, y no obligatorio. Hasta ahora todas las monedas emitidas por los gobiernos son de uso obligatorio, aún así, lo importante es que el esfuerzo humano es propiedad del individuo, y es el individuo quien tiene la facultad de denominar en la moneda, inclusive, valorar en bienes y servicios a cambio, que desea ser remunerado por su trabajo. Esta necesidad varía de país en país. Pero en Venezuela las personas por necesidad están prestas a buscar un resguardo de valor óptimo, y ese valor lo ofrece Bitcoin.
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