Venezuela ha sido centro de atención para los estudiosos del criptomundo en relación al desarrollo del ecosistema Petro, con sus aciertos y reveses algo es cierto, los Estados se preparan para lo que en artículos anteriores expresamos “la implementación de las criptomonedas soberanas es un hecho”.
Sucede algo peculiar, y es a nuestro parecer, una suerte de ensayo y error, donde los que observan desde otras latitudes, siguen de cerca cómo se desarrolla el funcionamiento tecnológico propio del Petro y la adopción de la población al ecosistema cripto, que con cierta incertidumbre, nos podemos jactar en decir que desconoce aun después de 10 años el sistema blockchain y las criptomonedas en general, entendiendo que la evasión a las sanciones norteamericanas y el posible “milagro económico al estilo criollo” es posible, comprendiendo que anclar el valor de un Petro a la cesta petrolera es un avance significativo para frenar el proceso hiperinflacionario existente.
El Estado venezolano tiene múltiples tareas que realizar para desarrollar un ecosistema que si funcione, y que de hacerlo, vendría a ser un peligro para la seguridad nacional de los considerados enemigos del gobierno de Nicolás Maduro, incluso de sus mismos aliados, todo ello, si pensamos desde la perspectiva de la política exterior; sin embargo, existe un problema mucho mayor, y es el desarrollo de la política a lo interno.
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Se ha tratado de poner en circulación el token gubernamental a través de discursos populistas que prometen un fin satisfactorio para proteger la economía nacional, pero más allá de eso existen deficiencias no atendidas o entendidas aún. Poca inversión en capital humano especializado, que junto a las empresas hagan alianzas y en términos vulgares “enamoren” al sector privado para que migren sus operaciones al token que busca sustituir al imperante dólar; el carente servicio de telecomunicaciones, la criptoalfabetización a sectores que aunque parezcan insignificantes aportan productos alimenticios al mercado nacional y la nula supervisión exhaustiva existente para que a través de mecanismos como el Biopago se pueda materializar en alguna medida el uso del medio Petro adjudicado a los usuarios de la plataforma Patria.
En materia normativa, la Providencia Administrativa Nº 097-2019 de la Sunacrip vino a regular en menor medida que lo publicado por el Blog Patria, lo referente al nuevo mercado cambiario de subasta para hacer la paridad PTR-Bs.S y viceversa. Tangiblemente la confianza de la población creció al intuir que era posible intercambiar de manera “deportiva” los Petros por Bolívares, y esa confianza desapareció cuando se dieron cuenta que el proceso no era tan sencillo como se creyó, la constante económica de la teoría oferta-demanda como regla general, así como la mano invisible del mercado tomaron por sorpresa a la población al ver que el token gubernamental se reintegraba a sus monederos Patria, y es aquí donde se observó uno de los retos más importantes que genera la siguiente interrogante ¿Por qué la población intentó intercambiar el token por la moneda fiat de curso legal (Bs.S) en vez de usarlo de manera P2P?
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Así mismo, niveles más arriba, para los que ven los beneficios de Petrodolarizar la economía, sucede un hecho que amerita atención; los defensores del ecosistema cripto, entendiendo que el dinero es el bien común por excelencia y no mide raza, posición política, ni estatus social, se interesaron en comprar PTR a bajos costos para intercambiarlos en la exchanges autorizadas por otros criptoactivos como el Bitcoin, a través de plataformas como Criptolago, Amberes o Cryptia, negándole así al Petro parte de su confianza, preguntándonos ¿desconfía la población aún del criptoactivo venezolano por las sanciones norteamericanas y por ello prefieren intercambiarlo por una criptomoneda aceptada globalmente?
Como reflexión podemos decir tajantemente, el ecosistema Petro en sustancia está hecho para potenciar y blindar la economía venezolana, su éxito dependerá de medidas racionales que pueden hasta incluso colisionar con sentimientos y pensamientos patrióticos de concepción política histórica, así como con el discurso político socialista, si esto no es entendido y superado el Petro está condenado al fracaso.
Por Luis José Rangel Gutiérrez.
Abogado egresado de la Universidad de Los Andes.
Especialista en Derecho Corporativo por la Universidad Metropolitana.
Mérida, Venezuela
e-mail: ljrngel@gmail.com
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