La Web3 se describe como la siguiente etapa de Internet, avanzando hacia un ecosistema mucho más descentralizado gracias al uso de tecnologías y productos complementarios entre sí como blockchain, criptomonedas, aplicaciones descentralizadas (Dapps) y los contratos inteligentes.
Esta premisa descentralizada, se habilita a través de sistemas distribuidos, donde la infraestructura del Internet tal y como la conocemos, deja de depender de servidores centralizados, empresas o gobiernos, para construirse sobre una base tecnológica donde el usuario posee mayor control sobre sus datos, privacidad e interacciones.
En este artículo, vamos a explorar qué es la Web3, cómo funciona, sus características y cómo busca posicionarse como la evolución de Internet hacia la descentralización de un sistema más libre y seguro.
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Qué es la Web3
El significado de Web3 se refiere a la idea de una nueva fase en la evolución del Internet tal y como lo conocemos en la actualidad, en donde el uso de tecnologías descentralizadas, como la tecnología blockchain o cadena de bloques, permiten la creación de nuevas dinámicas, productos, servicios, pagos, activos digitales e interacciones en línea.
De esta forma, la Web3 se conecta con la idea de un Internet más descentralizado que cambia por completo la forma en que los creadores y usuarios se conectan. La presencia de la tecnología blockchain, habilita el uso de billeteras digitales, criptomonedas, aplicaciones descentralizadas y los contratos inteligentes, que ofrecen interacciones nativas diferentes a las actuales a través de un marco interoperable y transparente.
Un punto crítico tras la idea de un internet descentralizado, es la forma en que los usuarios pueden ejecutar procesos e interacciones en la web sin sacrificar el control de sus datos y su privacidad, por lo que la Web3 habilita un entorno en línea donde se reduce significativamente o totalmente la presencia de intermediarios, bien sea grandes empresas, como Google, Amazon o Meta, o gobiernos.
La idea de la Web3 no es reciente, es un concepto que nació con Tim Berners-Lee, creador de la World Wide Web, en 1989, quien visualizó una “Web 3.0” o “Semantic Web” como un espacio abierto e integrado de protocolos comunicados entre sí.
En 2014, bajo el contexto de describir una web “post-Snowden”, Gavin Wood, el cofundador de Ethereum y fundador de Polkadot, tomó el término Web3 y lo vinculó por primera vez a un modelo en línea que utilice una arquitectura de cadena de bloques, en este caso Ethereum, para crear un motor de consenso descentralizado para construir un nuevo entorno web con mayor privacidad, público y sin confianza en terceros.
En este punto, es importante entender que no existe un consenso único y establecido para lo que es Web3 en la actualidad, ya que hablamos de un punto trascendental como lo es la evolución del Internet, por lo que pueden existir tecnologías alternativas y disruptivas diferentes a las habilitadas por blockchain para tomar parte de este proceso.
Sin embargo, las características de los sistemas distribuidos, es fundamental para entender la premisa de la Web3, que podría describirse en términos generales como un Internet compuesto por sistemas persona-a-persona (P2P) y sin la necesidad de intermediación o entidades centralizadas para interactuar.
Otras tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial (IA), la realidad virtual (RV), la realidad aumentada (RA), la computación en la nube, el Big Data o el Metaverso, también podrían convertirse en protagonistas también dentro de un nuevo capítulo para Internet.
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¿Cómo funciona la Web3?
En términos generales, el funcionamiento de la Web3 viene impulsado entonces gracias a la tecnología blockchain, que se habilita como una infraestructura capaz de facilitar la construcción y desarrollo de aplicaciones descentralizadas o Dapps, las cuales pueden implementar los contratos inteligentes o smart contracts para darle características de autonomía y seguridad, independientes de servicios centralizados.
Los usuarios son capaces de conectarse a estas aplicaciones por medio de billeteras digitales, de las cuales ellos tienen sus propias llaves, lo que garantiza una menor exposición a sus datos, así como también eleva las características de seguridad.
De igual manera, la exposición a estas aplicaciones construidas sobre blockchain, generan interacciones directas con plataformas, productos, servicios y pagos sin la necesidad de un intermediario, bajo un sistema sin la necesidad de confiar en terceros sino en códigos, mecanismos e incentivos impulsados por la tecnología.
La evolución del Internet: de la Web1 a la Web3
Para entender los fundamentos principales tras la idea de lo que es la Web3, es importante visualizar cómo la Web1 y la Web2 funcionan y cuáles son sus diferencias con la Web3.
Web1: la primera versión de Internet
En su primera etapa o Web 1.0, iniciando entre finales de los 80 y principios de los 90, y finalizando a principios de los 2000, el Internet permitió a los usuarios acceder a las llamadas páginas web estáticas, que ofrecían contenido limitado que se producían por medio de protocolos y servicios centralizados.
Los usuarios sólo podían leer contenido de páginas web basadas en HTML y no existían interacciones, así como tampoco la posibilidad de que los mismos crearan, comentaran o participaran de alguna manera dentro del ecosistema de Internet.
A menudo, se describe la Web1 como una era del internet de “sólo lectura”, donde las páginas, como MSN, Google o Yahoo!, que estaban en línea eran propiedad de grandes empresas.
Web2: un Internet interactivo y social
A principios de los 2000, aproximadamente por el año 2004-2005, empezaron a surgir nuevos avances que facilitaron la evolución del Internet, por medio de páginas más interactivas, opciones para crear contenido por parte de los usuarios y, fundamentalmente, con la revolución de las redes sociales.
Esto permitió que plataformas nativas en la Web1 como Google, evolucionaran rápidamente a un nuevo Internet social. Plataformas como YouTube, Facebook, MySpace o Twitter dieron los primeros pasos en la Web2, que hasta el día de hoy sigue siendo la etapa vigente del Internet tal y como lo conocemos, con la premisa de ser una era de “lectura y escritura”.
En la Web2, los usuarios pueden crear y compartir diferentes tipos de contenidos a través de webs propias, blogs o páginas de terceros, tanto en textos, como en imágenes, videos y otros formatos que hoy en día son habituales. Estos productos son alimentados por grandes compañías como Amazon, Meta, Google, Microsoft, entre otras.
Sin embargo, mientras más usos y funcionalidades en línea, desde el nacimiento de la Web2 hasta la actualidad, una característica distintiva es que el acceso a las interacciones y la posibilidad de socializar, viene de la mano de un gran número de datos e información que son almacenados por estas empresas y sus productos, lo que termina por centralizar enormemente el Internet y convertir a los usuarios en una especie de “producto” del cual sacar un gran provecho con fines publicitarios y comerciales.
Junto a otras cuestiones derivadas de la centralización, como la censura, manejo inadecuado de datos y la explotación de información personal con fines comerciales, de las cuales los usuarios no pueden beneficiarse ni monetizar, el impulso por hacer la transición progresiva de la Web2 a la Web3 se mantiene presente en la actualidad.
Web3: un internet descentralizado
La Web3, por su parte, introduce la descentralización y la capacidad de interactuar directamente entre usuarios, sin la necesidad de intermediarios. La Web3 se basa en tecnologías como blockchain, que permite la creación de una red descentralizada, inmutable e interoperable.
Entonces, la Web3 utiliza Dapps que se ejecutan en redes blockchain y los contratos inteligentes, que son procesos informáticos que se ejecutan automáticamente cuando se cumplen ciertas condiciones, por lo que no son dependientes de la discrecionalidad.
Esto se presenta como una nueva etapa en donde el Internet será mucho más que la “lectura y escritura” de la Web2, para agregar la “propiedad” a la ecuación, lo que permite que la interacción por medio de sus páginas, aplicaciones y protocolos se presente fuera de un entorno centralizado.
Web1 vs Web2 vs Web3: diferencias
Para facilitar el entendimiento de estas tres etapas del Internet, una pasada (Web1), una vigente (Web2) y una que se espera en el futuro (Web3), te dejamos una comparativa de sus principales elementos diferenciales:
Web1 (1990 – 2005)
- Páginas web estáticas
- Información en texto y sin actualización en tiempo real
- Navegadores básicos
- Sin interacción del usuario
- Servidores centralizados
Web2 (2005 – actualidad)
- Redes sociales
- Aplicaciones web dinámicas
- Tecnologías de colaboración en línea
- Sitios web interactivos y multimedia
- Uso de algoritmos y personalización de contenido
- Usuarios pueden crear contenido
- Servidores centralizados
- Compilación de datos e información
Web3 (futuro…)
- Descentralizada y distribuida
- Autonomía
- Interacción de usuario a usuario
- Páginas y contenido democratizado
- Activos digitales
- Sin intermediarios
- Privacidad
- Código abierto
En resumen, la Web1 fue informativa, la Web2 fue de intercambio y colaboración, y la Web3 es descentralizada y permite a los usuarios interactuar de manera directa sin intermediarios centralizados.
Características de la Web3
Con la promesa de adoptar una esencia descentralizada para el Internet, la Web3 cuenta con una serie de características fundamentales que alimentan todo el concepto.
- Descentralización
- Interoperabilidad
- Resistencia a la censura
- Propiedad
- Sin confianza en terceros
- Privacidad y seguridad
- Transparencia
Existen diferentes visiones con respecto a lo que la Web3 puede representar o su viabilidad, pero la premisa fundamentada en un nuevo Internet creado sobre sistemas distribuidos tiene estas características como base fundamental y proceso evolutivo a la actual Web2.
Criptomonedas, blockchain, contratos inteligentes y más elementos de la Web3
Por su parte, cuando hablamos de los elementos de la Web3, son aquellos que componen un ecosistema de infraestructura, productos e interacciones para que cualquier persona se conecte e interactúe con Internet bajo la premisa descentralizada y abierta.
- Blockchain. Es la infraestructura de la Web, punto de partida para la creación de aplicaciones y protocolos descentralizados por parte de desarrolladores, así como de otros productos y servicios para los usuarios finales.
- Contratos inteligentes. Los contratos inteligentes son programas que se ejecutan automáticamente cuando se cumplen ciertas condiciones. En la Web3, los contratos inteligentes se utilizan para automatizar procesos y reducir la necesidad de intermediarios costosos.
- Criptomonedas y tokens. En la Web3, los pagos también cuentan con dotes descentralizados, por lo que Bitcoin, criptomonedas y los tokens son parte fundamental para realizar diferentes tipos de transacciones. Además, las criptos y los tokens pueden utilizarse para la gobernanza de redes o protocolos de manera descentralizada.
- Billeteras. Son el punto de conexión entre las aplicaciones y los usuarios, permitiéndoles acceder a páginas y plataformas de una manera privada y sin revelar información personal o datos a una entidad centralizada.
- Aplicaciones descentralizadas. Las Dapps son otro aspecto clave de la Web3. Se ejecutan en una red blockchain y no dependen de un servidor centralizado. En lugar de eso, utilizan una red de nodos interconectados para validar y procesar las transacciones. Esto significa que las Dapps son más seguras y resistentes a la censura que las aplicaciones tradicionales.
- Oráculos. Los oráculos son un elemento importante, ya que garantizan que la infraestructura Web3, las redes blockchain y los contratos inteligentes se conecten con datos del mundo real de forma segura y descentralizada. Esto facilita la creación de un entorno interoperable entre sistemas.
La Web3 y el mundo blockchain
Como hemos explicado, el uso de la tecnología blockchain como infraestructura para la Web3, convierte a la tecnología y sus diferentes casos de uso en elementos que se alinean con la visión de un Internet donde las personas puedan realizar procesos en línea de forma más libre y transparente.
Si tomamos en cuenta los elementos Web3 nativos de la tecnología blockchain, sus contratos inteligentes y las Dapps, existe un punto de conexión entre la tercera generación de Internet y áreas nacidas gracias a las cadenas de bloques que alimentan la visión de un entorno descentralizado en línea, como las Organizaciones Autónomas Descentralizadas (DAO), las finanzas descentralizadas (DeFi) y los tokens no fungibles (NFT).
A través de las DAO, las DeFi y los NFT, ganan significado características de la Web3 como la descentralización, la desintermediación y la transparencia en cuanto a la propiedad, la identidad, los activos digitales y los pagos.
Web3 y las DeFi
La Web3 y las finanzas descentralizadas están estrechamente relacionadas, ya que esta proporciona la infraestructura necesaria para construir y ejecutar aplicaciones DeFi, las cuales permiten a los usuarios realizar transacciones financieras, como préstamos, intercambios y pagos, de manera descentralizada, sin intermediarios costosos ni procesos tediosos.
Por ejemplo, una aplicación DeFi permite a los usuarios tomar prestado dinero o prestar dinero a otros usuarios, utilizando criptomonedas como garantía. Los contratos inteligentes se utilizan para automatizar el proceso de préstamo y garantizar que se cumplan las condiciones acordadas.
Web3 y las DAO
La idea de democratizar el Internet con la Web3 se encuentra alineada con las Organizaciones Autónomas Descentralizadas, especialmente para coordinar y colectivizar acciones a través de una gobernanza equitativa y sin entidades centralizadas.
Las DAO son organizaciones autónomas que operan en una red descentralizada, sin la necesidad de una autoridad central o un intermediario. Las DAO utilizan contratos inteligentes para automatizar la toma de decisiones y la gestión de recursos, permitiendo que los miembros de la DAO colaboren y tomen decisiones con respecto a la dirección a seguir para un proyecto de fin común, utilizando criptomonedas o tokens para participar en la gobernanza.
Aprende más: Qué es una DAO y cómo plantean un modelo de gobernanza descentralizado basado en blockchain
Un ejemplo de cómo la Web3 y las DAO pueden relacionarse es en el ámbito de la creación y gestión de bienes digitales. Por ejemplo, una DAO podría ser utilizada para construir y gestionar un mercado de arte digital en línea.
La Web3 y las DAO permiten que los artistas y creadores tengan un mayor control sobre la distribución y venta de sus obras de arte digitales, y que los compradores puedan adquirir obras de arte directamente de los creadores, sin la necesidad de intermediarios centralizados.
En este caso, los miembros de la DAO podrían crear y vender obras de arte digital utilizando criptomonedas y tokens. Los contratos inteligentes se utilizarían para automatizar la gestión del mercado, incluyendo la creación de nuevas obras de arte, la gestión de compras y ventas, y la distribución de los ingresos a los miembros de la DAO.
Web3 y los NFT
Si hablamos de propiedad e identidad digital, los NFT tienen un punto de conexión integral con la Web3.
Las características de los NFT los convierten en una forma de demostrar la propiedad digital en Internet, sirviendo para diferentes iniciativas, como coleccionables digitales, arte digital, videojuegos y más.
Los NFT y la Web3 se conectan en la creación y gestión de activos digitales en el mundo de los videojuegos, por ejemplo. Los desarrolladores pueden crear y vender elementos de juego únicos como NFT, lo que les permite tener un mayor control sobre la propiedad y el valor de los elementos de juego.
Aprende más: Qué son los NFT, sus principales características y casos de uso
De esta forma, en un juego de rol en línea, un jugador podría adquirir un NFT que representa una espada mágica única que puede utilizar en el juego. La posesión de este NFT podría proporcionar al jugador ventajas en el juego y aumentar su valor tanto para el jugador como para los coleccionistas.
Esto muestra cómo los NFT y la Web3 pueden utilizarse para crear un mercado justo y transparente para los desarrolladores de juegos y los jugadores, cuyos beneficios incluyen la creación de elementos de juego únicos e intransferibles, la seguridad en la propiedad y la transparencia en las transacciones.
Por su parte, en cuanto a la identidad digital, los NFT permiten a los usuarios tener un mayor control sobre su identidad digital, evitando que terceros recopilen y utilicen su información personal sin su consentimiento.
Además, los NFT proporcionan una forma segura y transparente de verificar la identidad de una persona en línea, lo que puede mejorar la confianza en las transacciones y las interacciones en línea.
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Críticas y dudas con la Web3
Pese a cualquier potencial y visión futura con respecto a la Web3, los cuestionamientos alrededor de si funcionará tal y como se plantea el futuro de un Internet descentralizado con blockchain, se encuentran bastante presentes.
Veamos cuáles son las principales dudas a las que apuntan los críticos de la Web3.
Descentralización superficial
La Web3 y el largo camino hacia la descentralización real es un punto crucial tras el debate, ya que si la esencia de la nueva era del Internet es lograr un entorno en línea igualitario, la ausencia de este principio hace perder toda la esencia del concepto.
Muchos críticos, aseguran que la descentralización tras la Web3, al menos en este momento, es más “cosmética” o “de palabra” que realmente efectiva en la práctica, ya que muchos proyectos e infraestructuras Web3 se encuentran centralizadas en su funcionamiento, bajo una forma corporativa, dependientes de los servicios de entidades Web2 o atrapadas bajo la influencia y los intereses de los capitalistas de riesgo (VC).
Poca escalabilidad y dificultad de uso
Otro punto de críticas, es que actualmente la mayoría de los servicios basados en cripto y blockchain, que se posicionan como principal foco tras la Web3, cuentan con un problema de escalabilidad que limita su adopción para la ejecución de soluciones, transacciones y procesos a gran escala, en términos de velocidad, eficiencia y costos.
La escalabilidad, es uno de los principales focos de atención y desarrollo en los últimos años para la tecnología blockchain y sus diferentes casos de uso.
Por otro lado, otro problema vinculado a las aplicaciones Web3 es a nivel de la experiencia e interfaz de usuario (UX/UI), ya que al ser una tecnología relativamente nueva y compleja, puede hacer que su uso sea difícil para usuarios no técnicos, con productos poco intuitivos y de difícil acceso, una gran diferencia con los actuales productos Web2.
Estos dos puntos, sin duda alguna son limitaciones para la Web3 de cara a una adopción generalizada, junto a la capacidad para presentar un entorno de interoperabilidad limitada que actualmente no puede conectar e integrar varios sistemas entre sí.
De igual manera, existen diversos desafíos de seguridad y programación, protección de datos y exposición a ciberataques que son mencionados como fundamentales a establecer de cara a un entorno de adopción Web3 favorable.
Vínculo con cripto y blockchain: ¿una estrategia de marketing?
Por supuesto, si la industria cripto y blockchain ha sido sometida a grandes cuestionamientos en los últimos años, un futuro de Internet construido sobre su base despierta numerosos señalamientos y detractores que aún no terminan por convencerse con el potencial real que pueden ofrecer estas tecnologías al mundo e Internet.
La poca regulación del espacio cripto y blockchain, es uno de los principales motivos de rechazo por parte de críticos en cuanto a su conexión con la Web3, mientras que algunos aseguran que el concepto Web3 no es más que un estrategia de marketing por parte de la industria cripto para cambiar la narrativa negativa que ha recibido el sector en los últimos años.
Futuro de la Web3
En conclusión, la Web3 es una idea joven y en maduración, que deberá afrontar el paso del tiempo y sortear numerosos desafíos antes de lograr pasar del prometedor futuro de un Internet más libre, transparente y descentralizado, a convertirse en una realidad.
La educación y formación, por su parte, serán un factor indispensable de cara a favorecer un entorno en línea basado en características realmente descentralizadas.
Junto a Ethereum, otras cadenas de bloques, como Polkadot, Solana, Polygon, Avalanche, entre otras, junto a diferentes proyectos y protocolos construidos en las mismas, han reforzado la visión compartida de un entorno Web3, por lo que se encuentran escalando y conectando sus infraestructuras para superar las limitaciones actuales.
En última instancia, la adopción de la Web3 dependerá de la capacidad de la tecnología para satisfacer las necesidades y expectativas de los usuarios en línea, junto a su potencial para solucionar problemas reales y ganar utilidad.
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