Europa quiere convertirse en un asentador estándar global de criptomonedas (y podría tener éxito)
2022 fue un gran año para las criptomonedas, aunque probablemente no en el sentido que la mayoría de la gente esperaba inicialmente. El espacio de las criptomonedas experimentó un increíble auge en la adopción y los avances institucionales, pero también fue testigo de algunos de los mayores escándalos, hackeos y fraudes hasta la fecha. El optimismo sobre el futuro compitió, entre otras cosas, con los riesgos asociados a los mercados criptográficos no regulados.
Si ya existía un acuerdo general, a escala mundial, sobre la necesidad de introducir normas para proteger a los consumidores y evitar el riesgo sistémico y los efectos de contagio, los acontecimientos de 2022 han reforzado los llamamientos de los reguladores para que las jurisdicciones de todo el mundo frenen rápidamente el sector. La Unión Europea (UE) lidera hacerlo a través del Reglamento Markets-in-Crypto-Assets (MiCA), que establece reglas para emisores de activos cripto y las entidades que proporcionan servicios relacionados en la UE, así como para stablecoins y otros tipos de tokens relevantes. En consecuencia, merece la pena conocer un poco mejor el planteamiento de esta potencia económica europea, con sus casi 500 millones de consumidores y su compromiso de ser una superpotencia reguladora mundial.
Centrarse en los proveedores de servicios y emisores de stablecoin
El impulso de la UE para regular los criptoactivos comenzó en 2019 con el Reglamento de marketing en activos criptográficos (MiCA por sus siglas en inglés). Inicialmente, su único enfoque se centraba en las reglas de esos proveedores de servicios de criptoactivos (CASP)[1] que intentaban prestar sus servicios en el mercado de la UE. Entonces, se lanzó la stablecoin Libra y esas reglas se consideraron rápidamente inadecuadas. Países como Alemania y Francia se mostraron muy hostiles hacia Libra y su objetivo de lanzar una alternativa de pago privada a la principal moneda fiduciaria de Europa, el euro. Ante esta novedad, los políticos digitales “Zuck Buck” de toda Europa impulsaron la inclusión de stablecoins en las nuevas reglas de la UE y aceleraron el desarrollo de un euro digital por parte del Banco Central Europeo.
El texto de MiCA resultante se modificó para vincular reglas de stablecoins (o tokens de dinero electrónico (EMT) en términos europeos) a las reglas de banca, pagos y dinero electrónico existentes. Las nuevas normas también prohíben la concesión de tipos de interés a las stablecoins, ya que no se consideran iguales a los depósitos bancarios. Sólo las instituciones autorizadas, como bancos o proveedores de dinero electrónico, podían emitir stablecoins en Europa.
Después surgieron complejidades y excepciones, como era de esperar. Las stablecoins algorítmicas se excluyeron del marco de MiCA. Eso significa que pueden seguir cotizando en bolsas reguladas, pero no pueden comercializarse como “stablecoins”, ya que la afirmación de un valor estable debe demostrarse y estar respaldada por reservas. Para las stablecoins no basadas en la UE, como las denominadas en USD como USDC o USDT, existen restricciones adicionales, aunque los detalles finales de estas aún se deciden en los debates técnicos después de la implementación. El resultado de estos debates será esencial para el bienestar del criptomercado en Europa, ya que las stablecoins denominadas en euros no podrán proporcionar suficiente liquidez para cuando entre en vigor la MiCA.
El toque ligero de la UE sobre DeFi y NFT
Las Stablecoins no son el único tema que desempeñó un papel perturbador en la formulación del texto final de la MiCA. En los últimos tres años, las finanzas descentralizadas (DeFi), los tokens no fungibles (NFT) y la huella medioambiental de los proyectos de prueba de trabajo, como Bitcoin, también se han vuelto importantes en los debates legislativos de la UE.
El objetivo original de MiCA era proporcionar un marco legal que permitiera a las entidades reguladas centralizadas pasar sus servicios por toda Europa, a la vez que protegían a los inversores, consumidores, integridad del mercado y estabilidad financiera de la UE. Por un lado, la industria DeFi consiguió una amplia exención de la MiCA (en caso de “verdadera descentralización”), para fomentar el futuro crecimiento de un espacio prometedor. Por otra parte, el colapso de Terra/Luna hizo que los responsables políticos llegaran a considerar las stablecoins algorítmicas como instrumentos financieros en gran medida inestables y muy arriesgados, en los que no se puede confiar en ausencia de reservas que los respalden claramente.
En el caso de los NFT, que son clave para la futura economía de los tokens, hubo una clara división entre las instituciones de la UE. Mientras que los Estados miembros de la UE, como Francia o Alemania, estaban claramente a favor de una exención completa de las NFT, la Comisión Europea señaló con firmeza y éxito que las NFT emitidas en una “gran colección o serie” no debían quedar fuera del ámbito de aplicación de la MiCA, ya que eso sería un indicador de su potencial “fungibilidad”. La definición final de NFT aún debe determinarse, ya que aún no está claro lo que la UE considerará como “tokens no fungibles”. La UE está tratando claramente de crear las bases para que los NFT prosperen en Europa, reconociendo que un enfoque de política específico y preciso es necesario para garantizar que la amplia gama de aplicaciones tecnológicas de los NFT no estén arrastrando al mayorista al reino de la regulación financiera.
El impacto medioambiental del Bitcoin y cómo reaccionó la UE
El impacto medioambiental de Bitcoin y otros proyectos de prueba de trabajo (PoW) ha sido una fuente de creciente preocupación para la UE. Durante las negociaciones de la MiCA a finales de marzo de 2022, la UE estuvo muy cerca de prohibir que las criptomonedas basadas en PoW cotizaran en bolsas reguladas a partir de 2025. Por suerte, la industria logró destacar las consecuencias potencialmente catastróficas que dicha decisión habría tenido en el mercado de criptomonedas de la UE, por ejemplo, forzando a los ciudadanos de la UE a confiar en exchanges descentralizados y sin regulaciones para operar con Bitcoin y otros tokens PoW.
Crear un mercado de negociación paralelo y no regulado y socavar por completo los objetivos de la MiCA no era lo ideal, pero, no obstante, para apaciguar a los responsables políticos de mentalidad ecológica, el compromiso final implica que los emisores de criptoactivos deberán facilitar información sobre el impacto medioambiental de su proyecto en el libro blanco que tendrían que publicar. Los criterios específicos sobre cómo proporcionar esta información serán definidos por la Autoridad Europea de Seguridad y Mercados (ESMA por sus siglas en inglés) en su trabajo legislativo de “nivel 2”.
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El miedo al blanqueo de dinero y a la financiación del terrorismo sigue siendo muy fuerte
Otro aspecto clave de las negociaciones fue el enlace entre las reglas de MiCA y AntiMoney Laundering (AML), especialmente con respecto a billeteras personales o autoalojadas. Este problema se debatió en una parte de la legislación independiente, pero altamente interconectada, que estaba destinada a implementar la llamada “Regla de viaje” como parte del cumplimiento de la UE con las recomendaciones FATF.
El debate fue, una vez más, altamente polarizado. Por un lado, los responsables de las políticas de cifrado y escepticismo aplicaron requisitos de verificación para las transferencias a billeteras autoalojadas, que habrían obligado a las entidades reguladas a verificar la identidad de los usuarios detrás de cada billetera con la que interactuaron, lo que hacía de manera efectiva más allá de las recomendaciones propias de la FATF. Por otro lado, los responsables políticos amigables del sector argumentaron que dichos requisitos no solo habrían sido factibles, ya que la verificación se habría basado en la información autoproporcionada, sino también contraria al objetivo general de las reglas de AML.
Una vez más, la UE estaba luchando con instintos que si se implementaban, simplemente habría empujado a los usuarios a espacios no regulados con poca o ninguna supervisión de reguladores y autoridades de aplicación de la ley. Afortunadamente, el acuerdo político final reconoció que seguir este camino podría empujar a los usuarios a realizar transacciones de criptoactivos únicamente entre monederos autoalojados, utilizando transacciones entre pares que quedaban fuera del ámbito regulador, en lugar de pasar por bolsas reguladas. Esto crearía de hecho un sistema paralelo de transacciones poco claras. En su lugar, se impuso a las entidades reguladas un enfoque claro basado en el riesgo para los requisitos AML y KYC.
El cronograma de MiCA
Las reglas descritas en este artículo comenzarán a aplicarse a mediados de 2024, para los emisores de stablecoins y seis meses después para los emisores de todos los demás tokens y para los proveedores de servicios de criptoactivos. Sin embargo, es posible que varias preguntas abiertas necesiten encontrar respuestas para entonces, por ejemplo, cómo clasificar colecciones de NFT para entender si están “dentro del alcance”, cómo proporcionar información sobre el impacto medioambiental de los mecanismos de consenso y cómo evaluar los riesgos relacionados con las transferencias a billeteras autoalojadas. El sector tendrá que comprometerse con el ESMA y la EBA para garantizar que se responde a estas preguntas de la forma adecuada.
Un paso en la dirección correcta con consecuencias globales de alcance potencial
Puede que la MiCA no sea perfecta, pero ya está aquí y entrará en vigor muy pronto. La criptoindustria debería adoptar lo que es un conjunto claro de normas de la UE. Por último, proporcionará la claridad legal necesaria para las empresas que quieran configurar la tienda y prestar servicios a los casi 500 millones de ciudadanos de la UE. Aunque medir el impacto real de MiCA tardará unos años, es probable que las jurisdicciones de todo el mundo comiencen a pegar los principios de la UE en su regulación. Es el llamado “efecto Bruselas”, a veces también denominado “contagio normativo”, que sustenta el ascenso de la UE a superpotencia reguladora mundial.
Sin embargo, nada de esto ha impedido que se inicie en Europa un encarnizado debate sobre si la MiCA habría evitado un colapso similar al del FTX. Se pide que la MiCA se introduzca antes, que el DeFi se integre en sus normas, que las entidades de terceros países estén sujetas a normas más estrictas si prestan servicios a ciudadanos de la UE. Por ahora, la línea de la Comisión Europea es: “Primero deberíamos adoptar plenamente la MiCA antes de empezar a pedir una MiCA 2”. Al igual que Blockchain for Europe, no podríamos estar más de acuerdo. Un paso a la vez es la mejor manera para que Europa evite consecuencias no deseadas y para juzgar cómo se deberá adaptar cualquier regulación futura a tecnologías y modelos de negocio en rápida evolución.
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Notas al pie:
- Los CASPS se denominan globalmente VASP, según la definición del Grupo de Acción Financiera Internacional (FATF por sus siglas en inglés)
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