Brad Garlinghouse, CEO de Ripple, sorprendió esta semana al asegurar que un precio de 200.000 dólares por Bitcoin no solo es posible, sino realista en un contexto de creciente interés institucional y giro regulatorio favorable en Estados Unidos. Sus declaraciones, ofrecidas durante una entrevista en The Claman Countdown de Fox Business Network, reflejan un optimismo renovado que contrasta con el escepticismo de los últimos años.
“Creo que 200.000 dólares no es un objetivo descabellado”, afirmó Garlinghouse. Aunque evitó hacer predicciones específicas sobre XRP —por considerarlo demasiado cercano a su empresa—, fue claro al señalar que los vientos de cola macroeconómicos están alineados para una nueva fase de expansión en los mercados de activos digitales.
De la hostilidad al impulso regulatorio
Para Garlinghouse, el factor clave que muchos inversores aún subestiman es el cambio en la postura regulatoria de EE.UU.. Según el ejecutivo, el país ha pasado de un entorno hostil y de bloqueo institucional a uno que impulsa la innovación y la adopción.
“Los mayores gestores de activos del mundo han pasado de estar congelados o ser hostiles, a moverse hacia un mercado más amigable, con regulaciones sensatas que apuestan por la innovación en casa”, explicó.
Este cambio incluye la llegada de figuras pro-cripto a puestos clave, como David Sacks, Scott Bessent y el nuevo presidente de la SEC, Paul Atkins. Además, señaló que legislaciones sobre stablecoins y estructura de mercado han ganado tracción en el Congreso, lo que podría permitir un marco legal claro para empresas como Ripple, Circle y Tether.
Cripto como cobertura frente a la inflación
Garlinghouse reiteró que, más allá de la volatilidad a corto plazo, las criptomonedas están demostrando ser una cobertura eficaz contra la inflación y la inestabilidad monetaria global. En su visión, cuanto mayor es la utilidad y adopción de estos activos, mayor será su valorización en el tiempo.
“El valor a largo plazo va a quedar muy claro. Cuanta más utilidad generemos en los mercados cripto, más valor se acumulará en ellos”, sostuvo.
Además, aseguró que el mercado aún no ha “asimilado completamente” el impacto positivo del nuevo entorno económico en EE.UU., que hasta hace un año estaba plagado de incertidumbre normativa.
XRP: rendimiento destacado y expectativas institucionales
En los últimos 90 días, XRP ha sido el criptoactivo de mejor desempeño entre los principales tokens, según destacó el propio Garlinghouse. Esto se suma a la expectativa creciente en torno a la posible aprobación de un ETF spot de XRP en Estados Unidos.
Aunque aún no han sido aprobados, ya existen solicitudes en curso y, según el CEO de Ripple, un producto de este tipo actuaría como puerta de entrada institucional más segura y estructurada al ecosistema XRP.
De hecho, firmas como JPMorgan y Standard Chartered estiman que un ETF de XRP podría atraer hasta 8.000 millones de dólares en flujos durante su primer año.
Esta semana se lanzó en EE.UU. el primer ETF apalancado de XRP, llamado 2x Long Daily XRP ETF, con un volumen inicial de 5 millones de dólares en su primer día, ubicándose entre el 5% de los mejores lanzamientos de ETFs en 2025.
La estrategia de expansión de Ripple
Garlinghouse también comentó la reciente adquisición de Hidden Road, una firma de intermediación que permitirá a Ripple ofrecer servicios financieros tradicionales para facilitar el acceso institucional al mercado cripto. La operación, valorada en 1.250 millones de dólares, no se habría producido bajo el entorno regulatorio de hace un año, explicó.
Con esta adquisición y una plantilla que ya ronda los 1.100 empleados, Ripple busca facilitar la entrada de gigantes financieros como BlackRock al ecosistema cripto, mediante infraestructura familiar y segura, como servicios de prime brokerage y liquidación.
Un nuevo rol para Ripple y su stablecoin
Además de su apuesta por XRP, Ripple está desarrollando su propia stablecoin, RLUSD, bajo una licencia de fiduciario del Estado de Nueva York. Este token ya ha superado los 250 millones de dólares en capitalización y se encamina a cruzar los 300 millones.
Garlinghouse afirmó que la stablecoin no competirá con USDT, ya que está orientada a pagos institucionales, mientras que Tether se posiciona como reserva de valor en mercados emergentes.
Con un discurso marcado por el optimismo, Brad Garlinghouse no solo reafirma la resiliencia del ecosistema cripto, sino que proyecta un crecimiento sostenido apalancado en la institucionalización del sector. Para él, la etapa de resistencia ha quedado atrás y una nueva fase de adopción global —liderada por infraestructura tradicional, ETFs y legislación clara— está en marcha.
A medida que Ripple expande su influencia y los inversores institucionales se acercan con más confianza, las predicciones de Garlinghouse podrían dejar de parecer audaces y convertirse en realidades financieras concretas.