Los pagos con criptomonedas en Panamá dejarán de ser una posibilidad marginal para convertirse en una realidad institucional. Así lo anunció el alcalde de la Ciudad de Panamá, Mayer Mizrachi, quien confirmó que los residentes podrán pagar impuestos, tasas, multas y permisos utilizando criptomonedas como bitcoin (BTC), ether (ETH), USDC y USDT.
La medida, aprobada de forma unánime por el consejo municipal capitalino, marca un hito para la adopción de activos digitales en la región, especialmente en un contexto donde Panamá busca posicionarse como hub financiero y tecnológico en Centroamérica.
Cómo funcionará el sistema
Según detalló el propio Mizrachi, el modelo de pagos se implementará con la colaboración de una entidad financiera que actuará como intermediaria. Es decir, los ciudadanos podrán enviar sus pagos en criptomonedas, el banco los convertirá a dólares, y luego los transferirá a la cuenta de la alcaldía. Así, el gobierno local recibirá únicamente dólares, evitando tener que gestionar activos digitales directamente.
“Es muy simple. La alcaldía recibe dólares, pero hay un intermediario, un banco, que acepta las criptos, las convierte a dólares y transfiere el dinero a la alcaldía”, explicó el funcionario.
Además, enfatizó que no será necesario aprobar nueva legislación, ya que el procedimiento se encuadra dentro de los marcos legales existentes, aprovechando precedentes y autorizaciones anteriores.
Un impulso institucional a la adopción cripto
El anuncio se da en un momento de creciente interés institucional en Panamá por regular y fomentar el uso de criptoactivos. Semanas atrás, el diputado suplente Gabriel Solís presentó ante la Asamblea Nacional un anteproyecto de ley que propone establecer un marco jurídico claro para el uso y regulación de activos digitales.
Aunque Panamá ya ha explorado iniciativas en esta línea en el pasado —algunas incluso vetadas por el Ejecutivo—, la nueva propuesta busca armonizar la regulación con estándares internacionales y fomentar la innovación local.
En paralelo, la decisión del municipio de Ciudad de Panamá podría acelerar el interés de otras entidades públicas y facilitar el aterrizaje de emprendimientos, exchanges y plataformas de servicios basadas en blockchain.
Beneficios esperados
Para el alcalde Mizrachi, esta medida no solo representa un avance en términos de modernización, sino que también tiene un fuerte potencial económico y social:
Agiliza trámites y procesos de pago municipales
Facilita la inclusión financiera, especialmente para ciudadanos no bancarizados
Atrae inversión extranjera, en particular de proyectos cripto y Web3
Refuerza la imagen de Panamá como centro financiero moderno
Conecta al país con ecosistemas regionales más avanzados en cripto, como El Salvador
Estos beneficios ya habían sido esbozados por especialistas como Alfredo Muñoz, quien en un conversatorio de octubre de 2024 destacó que la tokenización y el uso de criptomonedas permitirán mayor transparencia, automatización de procesos y acceso a instrumentos personalizados de inversión.
Una oportunidad regional
Panamá no es el único país que ha mostrado interés en adoptar pagos públicos con cripto. Pero, a diferencia de otras naciones que aún dependen de marcos legales ambiguos o excesivamente centralizados, la estrategia panameña se apoya en la flexibilidad del sistema municipal y la colaboración con entidades privadas, lo que podría permitir una implementación más ágil.
Si el modelo resulta exitoso, podría replicarse en otras ciudades o incluso escalar a nivel nacional. La clave estará en su operabilidad real, facilidad de uso para los ciudadanos y sostenibilidad tecnológica y financiera del sistema.
Los pagos con criptomonedas en Panamá ya no son un proyecto a futuro. Con el respaldo unánime del consejo municipal y el liderazgo de Mayer Mizrachi, la Ciudad de Panamá se posiciona como pionera en integrar activos digitales a la gestión pública. Más allá del impacto inmediato, esta iniciativa envía un mensaje claro: Panamá quiere dejar de mirar desde atrás y comenzar a liderar el proceso de transformación digital y financiera en América Latina.