La tokenización inmobiliaria en Dubái está generando gran expectación entre inversores y desarrolladores del sector. Sin embargo, el crecimiento acelerado del interés también ha abierto la puerta a actividades engañosas. Esta semana, la Autoridad Reguladora de Activos Virtuales de Dubái (VARA) emitió una advertencia formal contra entidades no autorizadas que afirman falsamente estar vinculadas al proyecto oficial de tokenización del Departamento de Tierras de Dubái (DLD).
En un comunicado publicado el 23 de abril, VARA dejó en claro que la iniciativa de tokenización lanzada el 19 de marzo está limitada a un grupo selecto de participantes oficialmente aprobados por ambas instituciones. Cualquier empresa o plataforma que promocione su participación sin haber sido autorizada está incurriendo en una representación fraudulenta.
El peligro de las plataformas no reguladas
La alerta de VARA tiene como objetivo proteger a los inversores de posibles estafas o malentendidos. Las plataformas no aprobadas no están sujetas al marco de supervisión que rige el proyecto piloto del gobierno, lo que significa que no ofrecen los mismos niveles de seguridad, transparencia ni cumplimiento regulatorio.
“Estas entidades pueden estar participando en actividades con activos virtuales sin licencia, lo cual está expresamente prohibido en Dubái”, señaló la autoridad.
La autoridad advirtió que los materiales promocionales engañosos dirigidos a residentes en Dubái violan las regulaciones de marketing y promoción de activos virtuales, lo cual podría acarrear sanciones penales y administrativas.
Qué es el proyecto oficial de tokenización
El proyecto de tokenización inmobiliaria en Dubái, impulsado por el DLD junto con VARA, busca convertir escrituras de propiedad en tokens digitales respaldados en blockchain. Estos tokens representan fracciones de bienes raíces reales, lo que permite su compraventa, financiamiento y gestión de forma más accesible, eficiente y segura.
Según estimaciones oficiales, se espera que este mercado alcance un valor de $16.000 millones para 2033, lo que representaría cerca del 7% de las transacciones inmobiliarias totales de la ciudad. Se trata de una apuesta estratégica para consolidar a Dubái como un hub regional de innovación en bienes raíces y blockchain.
El rol de los activos del mundo real (RWA)
Este proyecto forma parte de una tendencia global más amplia: la tokenización de activos del mundo real (RWA, por sus siglas en inglés). A través de esta tecnología, se busca digitalizar elementos físicos como propiedades, bonos, automóviles o arte para facilitar su negociación en mercados secundarios y mejorar su liquidez.
Dubái, pionera en el mundo árabe en regulación cripto y tokenización, ha asumido un papel de liderazgo en este terreno con regulaciones claras, entornos controlados y colaboración público-privada.
Recomendaciones para el público
VARA y el DLD recomiendan a los ciudadanos y empresas:
Verificar el estatus regulatorio de cualquier plataforma que ofrezca servicios relacionados con tokenización.
Consultar directamente con VARA o el DLD antes de realizar inversiones.
Sospechar de cualquier empresa que utilice el nombre del proyecto sin prueba oficial.
Denunciar de inmediato cualquier actividad sospechosa a las autoridades.
La protección del consumidor y el fortalecimiento del ecosistema son las dos prioridades que subraya la regulación en Dubái, y estas advertencias buscan preservar la integridad del proyecto y del mercado en general.
La tokenización inmobiliaria en Dubái representa una revolución para el sector de bienes raíces. Sin embargo, su éxito depende no solo de la innovación tecnológica, sino también del respeto a las normativas y de una supervisión eficaz. La intervención temprana de VARA demuestra el compromiso de las autoridades para garantizar un ecosistema seguro, transparente y sostenible para todos los participantes.
Mientras el mercado de activos tokenizados crece, también lo hacen los riesgos asociados. La educación, la regulación y la vigilancia serán clave para que este nuevo paradigma se consolide sin poner en riesgo la confianza de los inversores.