En un movimiento audaz hacia la digitalización de su economía, el Banco Central de la República de Turquía (CBRT) ha presentado recientemente los frutos de la primera fase de su ambicioso proyecto para lanzar una moneda digital de banco central (CBDC), específicamente una versión digital de la lira turca. Esta iniciativa, que ha estado en desarrollo desde el año 2022, marca un hito importante en los esfuerzos del país por mantenerse a la vanguardia de la innovación financiera y tecnológica.
La CBDC propuesta por Turquía se distingue por ser una versión minorista intermediaria, diseñada con el objetivo explícito de competir contra la creciente popularidad de Bitcoin (BTC) dentro de las fronteras del país euroasiático. El gobierno turco aspira a desarrollar esta moneda digital bajo el concepto de “pagos programables”, enfatizando características como una alta interoperabilidad y complementariedad con el sistema financiero existente.
De acuerdo con el informe difundido el pasado 19 de febrero, la CBDC permitiría la creación de plantillas de contratos que establecerían condiciones específicas para las credenciales e interfaces de pago, todo bajo un estricto control gubernamental. Esto implicaría que únicamente entidades públicas y actores con licencia obtendrían la autorización necesaria para participar en el desarrollo, aprobación, implementación y gestión de dichos contratos.
Un aspecto crucial de la lira digital es su diseño para asegurar que no interfiera negativamente con los procesos económicos y financieros preexistentes en Turquía. El gobierno subraya su intención de que la CBDC sirva como un complemento a la infraestructura de pagos ya establecida, en lugar de competir con los servicios y productos financieros actuales.
La evaluación de esta primera fase del proyecto es un paso preliminar antes de avanzar hacia etapas de desarrollo más avanzadas. Aunque aún no se ha definido una fecha exacta de lanzamiento, el objetivo último del CBRT es reforzar y modernizar la infraestructura financiera del país, una necesidad que se hace más evidente ante los retos económicos actuales, incluyendo una tasa de inflación que sobrepasa el 65% al cierre del año pasado y una continua depreciación de la lira turca.
Este contexto económico adverso ha impulsado a muchos turcos hacia Bitcoin como un mecanismo de preservación de valor, destacando a Turquía como uno de los países con mayor adopción de criptomonedas a nivel mundial. A pesar de los esfuerzos previos del gobierno de Recep Tayyip Erdogan por restringir el uso de criptoactivos, el creciente interés en Bitcoin ha llevado a una revisión de la postura gubernamental, transitando hacia una regulación más flexible que se espera sea implementada en el transcurso de este año.
La implementación de la lira turca digital no solo representa un esfuerzo por estabilizar la economía local y ofrecer alternativas modernas de pago a sus ciudadanos, sino también un reconocimiento implícito del papel cada vez más relevante que las criptomonedas juegan en el panorama financiero global. Con este proyecto, Turquía se posiciona en la vanguardia de la innovación financiera, buscando equilibrar la tradición y la modernidad en su sistema económico.
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