La tensión entre Trump y la Reserva Federal ha vuelto a encenderse. En un nuevo ataque desde su cuenta de Truth Social, el expresidente de Estados Unidos arremetió contra el presidente del banco central, Jerome Powell, calificando su gestión como “un desastre total” y sugiriendo que debería ser despedido.
El motivo de la crítica radica en la decisión de la Reserva Federal de mantener una postura prudente respecto a los recortes de tasas de interés, en un contexto en el que la inflación parece haberse moderado y otros bancos centrales —como el Banco Central Europeo (BCE)— avanzan hacia nuevas reducciones.
“El BCE está por bajar las tasas por séptima vez, y sin embargo, ‘Demasiado Tarde’ Jerome Powell, de la Fed, siempre llega TARDE Y SE EQUIVOCA”, escribió Trump.
En un tono todavía más agresivo, agregó:
“¡La destitución de Powell no puede llegar lo suficientemente pronto!”
El contexto: independencia vs presión política
Las declaraciones de Trump se produjeron apenas horas después de un discurso de Jerome Powell en el Club Económico de Chicago, donde el titular de la Fed reafirmó la independencia legal del organismo, haciendo énfasis en que su mandato es técnico y no está supeditado a presiones políticas.
“Nuestra independencia está establecida por ley. No se nos puede remover salvo por causa justificada”, señaló Powell.
“Esto es algo ampliamente comprendido y respaldado en el Congreso, donde realmente importa”.
Powell dejó claro que la Fed tomará decisiones basadas en datos macroeconómicos y no en agendas políticas.
“Nunca vamos a ser influenciados por presiones externas. Hacemos lo que hacemos estrictamente sin considerar factores políticos”, insistió.
¿Puede Trump destituir a Powell?
Desde el punto de vista legal, la Reserva Federal es una entidad independiente dentro del marco institucional estadounidense. Sus gobernadores son nombrados por el presidente, pero una vez confirmados por el Senado, solo pueden ser removidos por “causa justificada”.
Esto hace que un intento de Trump por destituir a Powell —al menos de forma directa— tendría que enfrentar desafíos legales importantes, salvo que logre una modificación de la legislación vigente, algo poco probable sin un control amplio del Congreso.
No obstante, el solo hecho de que un presidente plantee públicamente la posibilidad de remover al titular de la Fed afecta la percepción de la independencia institucional y puede introducir volatilidad en los mercados financieros.
¿Qué está en juego?
La postura de la Fed responde a un entorno económico mixto:
La inflación ha bajado, pero aún se encuentra ligeramente por encima de la meta del 2%
El crecimiento se mantiene sólido, y el empleo no muestra señales de deterioro grave
Existen presiones globales (como la guerra comercial y los riesgos geopolíticos) que complican decisiones abruptas
Bajar las tasas demasiado pronto podría alimentar burbujas en activos, debilitar al dólar y generar una segunda ola inflacionaria. Por eso, Powell y su equipo han optado por un enfoque “esperar y observar”, muy criticado por sectores más agresivos como el encabezado por Trump.
¿Qué busca Trump con esta ofensiva?
Desde el inicio de su segundo mandato, Trump ha presionado de forma reiterada por una política monetaria más expansiva. Esto responde tanto a objetivos de crecimiento interno como a una estrategia de fortalecimiento de su imagen de gestor económico.
Además, el exmandatario ha señalado que “Estados Unidos se está enriqueciendo con los aranceles”, lo que sugiere una narrativa económica nacionalista, centrada en la idea de controlar tanto la política comercial como la monetaria desde el poder ejecutivo.
La nueva embestida entre Trump y la Reserva Federal no es solo un cruce de declaraciones: es un reflejo de las tensiones entre política y técnica, entre ciclos electorales y estabilidad institucional.
Mientras Jerome Powell defiende la autonomía de la Fed, Trump refuerza su campaña de presión para lograr tasas más bajas que acompañen su discurso de prosperidad económica. En el centro, los mercados siguen cada palabra con atención, midiendo los efectos que una ruptura en la independencia del banco central podría tener sobre la confianza, la inversión y la inflación futura.