En medio de una coyuntura económica internacional marcada por la incertidumbre y la inestabilidad monetaria, Tether, el emisor de la stablecoin USDT, ha dado señales contundentes de expansión y consolidación global. La firma ha reportado un notable crecimiento del 13% en su base de usuarios durante el primer trimestre de 2025, un salto impulsado especialmente por la creciente demanda en mercados emergentes, donde las monedas nacionales pierden aceleradamente valor frente al dólar estadounidense.
Como periodista especializado en criptoactivos desde hace más de una década, puedo afirmar que este crecimiento no es una sorpresa. USDT se ha convertido en una herramienta clave de protección económica para millones de personas que enfrentan hiperinflación, controles de capital o servicios bancarios limitados. Países como Argentina, Brasil y Nigeria han visto una adopción masiva de esta stablecoin, utilizada tanto para ahorro como para transferencias rápidas e independientes de la infraestructura financiera tradicional.
Este fenómeno pone de relieve un cambio estructural en el sistema financiero global: la digitalización del dólar ya no depende exclusivamente de bancos o instituciones estatales, sino que avanza de la mano de emisores privados con alcance internacional. En ese contexto, Tether continúa superando récords, con una capitalización de mercado que ha superado los 144.000 millones de dólares, consolidándose como el activo digital estable más dominante del ecosistema cripto.
Nueva estrategia: una stablecoin regulada para EE. UU.
En un movimiento estratégico que podría redefinir el panorama financiero digital norteamericano, Tether ha anunciado planes para lanzar una stablecoin domiciliada en Estados Unidos. Esta nueva moneda digital estaría alineada con los marcos regulatorios emergentes del país y se orientaría principalmente a usos institucionales y pagos empresariales.
A diferencia de USDT, concebida como un refugio en economías inestables, la nueva stablecoin de Tether en EE. UU. apunta a integrarse con el sistema financiero formal, presentándose como una alternativa a los bonos del Tesoro o depósitos en cuentas bancarias tradicionales. Este enfoque permitiría a Tether competir directamente con otros emisores como Circle (USDC), pero con una propuesta más versátil y con una experiencia probada en contextos complejos a nivel global.
Respondiendo a la presión regulatoria y al escepticismo del sector
Durante años, Tether ha sido objeto de críticas por su aparente reticencia a operar en el mercado estadounidense. Ahora, con este anuncio, la empresa busca desmontar esa narrativa. «Queremos demostrar que podemos no solo competir, sino liderar también dentro de EE. UU.», ha señalado su CEO Paolo Ardoino, subrayando la ambición de la compañía por ampliar su influencia más allá de los mercados tradicionalmente subbancarizados.
Desde mi experiencia cubriendo esta industria, este giro estratégico representa una evolución clave en la madurez institucional de Tether. Ingresar al ecosistema regulado estadounidense no solo implica desafíos técnicos y legales, sino también una oportunidad para legitimar aún más su modelo operativo y estructura de reservas frente a sus pares y detractores.
Un nuevo ciclo de expansión global para las stablecoins
El crecimiento de Tether no es un fenómeno aislado, sino parte de una tendencia mayor: la adopción acelerada de stablecoins como infraestructura financiera descentralizada. Mientras las monedas nacionales pierden valor y los bancos centrales enfrentan límites estructurales, los activos digitales estables como USDT se posicionan como el vínculo más dinámico entre la economía tradicional y el universo cripto.
Con una hoja de ruta que combina innovación tecnológica, escalabilidad global y una nueva fase de cumplimiento normativo, Tether se prepara para redefinir su papel tanto en los mercados emergentes como en los centros financieros más desarrollados del planeta. En 2025, la «dolarización digital» parece haber encontrado su catalizador definitivo.