La Unión Rusa de Industriales y Empresarios (RSPP), una asociación sancionada que representa a las figuras empresariales más ricas del país, está evaluando la posibilidad de lanzar un fondo nacional de criptomonedas para facilitar el uso de estos activos digitales en el comercio exterior. Esta iniciativa surge como respuesta a las sanciones occidentales, explorando opciones para eludir las restricciones impuestas.
En una entrevista con el periódico ruso Vedomosti, Andrey Lisitsyn, director general de política financiera y mercados financieros del RSPP, explicó que el fondo estaría basado en Bitcoins (BTC) producidos por mineros locales. Rusia emitiría entonces activos financieros digitales (AFD), esencialmente tokens digitales centralizados, respaldados por este fondo. Esto permitiría el uso legal de criptomonedas en transacciones transfronterizas a través de promesas de pago en lugar de realizar intercambios directos con las criptomonedas.
Hasta el momento, los AFD no han logrado una tracción significativa en Rusia a pesar de los esfuerzos de varios bancos por atraer a los inversores minoristas. Aunque la presidenta del Banco de Rusia, Elvira Nabiullina, apuesta fuertemente por los AFD, admitió en una conferencia de prensa a principios de junio que el mercado carece de liquidez, señalando que está “demasiado fragmentado”. Para junio, el volumen total del mercado de AFD superó los 96 mil millones de rublos (aproximadamente 1.1 mil millones de dólares), un hito que tomó al país dos años alcanzar.
Lisitsyn explicó que los intercambios transfronterizos podrían llevarse a cabo mediante reclamaciones sobre la criptomoneda subyacente en forma de promesas de pago, evitando así su circulación y la demanda especulativa, ya que las criptomonedas están prohibidas en Rusia como moneda de curso legal. Añadió que el fondo podría establecerse en una región administrativa especial, permitiendo a los mineros abrir cuentas y depositar los Bitcoins minados.
No obstante, Lisitsyn reconoció que el esquema requeriría la apertura de múltiples cuentas en diversas plataformas globales de criptomonedas para facilitar el comercio exterior, lo que plantea una “cuestión significativa” sobre la posibilidad de que estas cuentas sean bloqueadas. Para abordar este problema, propuso la creación de una red de *agentes de pago”, aunque no detalló los pormenores de este plan.
En agosto de 2023, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos sancionó al RSPP, declarando que “las élites rusas deben desengañarse de la idea de que pueden operar como de costumbre mientras el Kremlin libra una guerra contra el pueblo ucraniano”.
Esta propuesta de la RSPP refleja un intento estratégico de Rusia por utilizar tecnologías emergentes como el blockchain y las criptomonedas para sortear las barreras económicas impuestas por las sanciones internacionales. La implementación de este fondo nacional de Bitcoin podría marcar un precedente significativo en el uso de activos digitales para el comercio exterior, subrayando la creciente relevancia de las criptomonedas en la economía global actual.
Este enfoque también pone de manifiesto la necesidad de una infraestructura robusta y segura para manejar transacciones criptográficas a gran escala, así como la importancia de una regulación clara y efectiva para prevenir abusos y garantizar la transparencia en el mercado. En última instancia, el éxito de esta iniciativa dependerá de la capacidad de Rusia para navegar por el complejo panorama regulatorio internacional y establecer una red confiable de agentes de pago que puedan operar sin interrupciones en un entorno global cada vez más vigilado.
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