En un giro inesperado, Pakistán ha comenzado a allanar el camino hacia la adopción regulada de las criptomonedas, a pesar del escepticismo mostrado por su banco central en los últimos años. El impulso llega con la designación de Bilal bin Saqib, CEO del Pakistan Crypto Council, como asesor principal del ministro de Finanzas, Muhammad Aurangzeb. La noticia fue confirmada a través de una entrevista que Saqib ofreció a Bloomberg TV, donde destacó la visión del gobierno de integrar tecnologías emergentes en su agenda económica.
El nombramiento de Saqib marca un punto de inflexión para un país que, a pesar de las restricciones institucionales, se ubica en el noveno lugar del Índice Anual de Adopción Global de Criptomonedas de Chainalysis, superando a economías con mayor visibilidad en el espacio cripto, como Brasil, Turquía y el Reino Unido.
Criptomonedas como motor de desarrollo
Con esta nueva estrategia, Pakistán apunta a crear un marco regulatorio sólido, transparente y atractivo para la inversión extranjera. La idea es aprovechar las ventajas competitivas que ofrece el país: costos bajos, una población joven y una creciente comunidad de desarrolladores nativos en Web3.
“El nombramiento del Sr. Saqib reafirma nuestro compromiso de adoptar tecnologías emergentes mientras garantizamos un sistema financiero seguro y transparente… Su liderazgo nos ayudará a fomentar la innovación y el crecimiento sostenible en el sector cripto”, afirmó el ministro Aurangzeb.
Saqib, reconocido por Forbes como una figura influyente en el ámbito de la descentralización, también trabajará como asesor en el uso de inteligencia artificial para mejorar la eficiencia de los procesos gubernamentales. Su visión va más allá del ecosistema blockchain: busca posicionar a Pakistán como un polo regional de innovación tecnológica.
Inspiración global y mirada al futuro
En sus declaraciones, Saqib también hizo referencia al nuevo enfoque de Donald Trump, quien ha comenzado a priorizar las criptomonedas en la agenda estadounidense. Según el asesor, este movimiento marcará una tendencia que muchos países —incluido Pakistán— deberán seguir si desean mantenerse competitivos.
“Trump está haciendo de las criptomonedas una prioridad nacional y todos los países tendrán que seguir su ejemplo”, expresó. “Queremos atraer inversión internacional porque somos un mercado de bajo costo y alto crecimiento, con un 60% de la población menor de 30 años. Contamos con una fuerza laboral nativa de la Web3 lista para crecer”.
La ambición es clara: Pakistán quiere replicar, adaptando a su contexto, el modelo de países como El Salvador, que en 2021 se convirtió en el primero en adoptar Bitcoin como moneda de curso legal. Aunque la adopción no ha sido masiva, el gobierno de Nayib Bukele ha logrado consolidar avances, como la creación de una reserva nacional estratégica de bitcoin, lo que ha resultado en ganancias para el país en 2024.
Un mercado con potencial de liderazgo regional
La posibilidad de establecer una regulación clara en Pakistán no solo tiene implicaciones locales. Puede posicionar al país como un referente en el sur de Asia, una región con gran adopción tecnológica pero aún rezagada en materia legal.
El reto estará en encontrar un equilibrio entre innovación y supervisión. Si logra ese objetivo, Pakistán no solo podrá canalizar recursos financieros hacia su economía, sino también dar una señal al mundo de que está listo para jugar en la primera liga de la revolución digital.
El futuro inmediato dependerá de la capacidad del gobierno para implementar estas reformas, ganar la confianza de los inversionistas y, sobre todo, integrar a su población en el uso responsable y seguro de los criptoactivos. Con liderazgo, talento local y visión estratégica, el país podría transformar su narrativa y convertirse en un caso de éxito en el desarrollo tecnológico emergente.