La digitalización global y en especial del sistema financiero, con el crecimiento de los pagos digitales, son determinantes para entender los movimientos de los países hacia el dinero digital, bajo la figura de las monedas digitales emitidas por bancos centrales (CBDC)
La forma de entender el dinero, el sistema financiero tradicional y los pagos, ha estado ampliando su espectro durante los últimos años, principalmente ante la inclinación derivada hacia la transformación digital en cada aspecto de la vida, incluyendo la economía.
Si hablamos de dinero, ya los pagos digitales y digitalización del mismo, han venido siendo incentivados por empresas privadas y firmas tecnológicas financieras (FinTech), que despliegan opciones de pago que están cada vez más presentes en el día a día de las personas, incluso, según el país y contexto, pueden llegar a ser lo cotidiano entre las personas.
De igual manera, si hablamos de nuevas formas de dinero, las criptomonedas han llegado de manera disruptiva, aunque representando una nueva forma de dinero, enfocada en la descentralización, que esencialmente se distingue -aunque se conectan- del sistema financiero tradicional, los bancos y las monedas fiduciarias, además de la evidente distinción física-digital.
No obstante, distintos factores durante los últimos años, sumados a los anteriormente mencionados, han despertado el interés de los gobiernos y bancos centrales del mundo, encargados de las políticas monetarias del sistema tradicional, por desarrollar capacidades relacionadas al dinero digital, como se puede visualizar en las monedas digitales emitidas por bancos centrales, uno de los tópicos económicos más mencionados y analizados por los líderes financieros estatales del mundo.
Como ya hemos explicado, las CBDC están en tendencia en el este 2020, con las naciones y economías más importantes del mundo, dando un paso al frente con respecto al desarrollo y emisión de dinero digital nacional. Desde China y Japón, hasta Estados Unidos y Rusia, la Unión Europea o Australia, son algunos de los territorios que han encontrado como punto de mira las CBDC en los últimos meses.
En su mayoría, la planificación, análisis y desarrollo de infraestructura es la normal entre los experimientos de los bancos centrales de estas naciones, aunque el caso de China, los avances del yuan digital ya se encuentran siendo probados en las calles de China, apuntando al comercio minorista y los pagos.
Entonces, ¿las monedas digitales emitidas por bancos centrales son la revolución del sistema financiero? ¿Inició formalmente la “carrera” por el dinero digital? ¿Son una respuesta a las criptomonedas? ¿Los bancos centrales están respondiendo a tiempo a la necesidad de digitalizar el dinero ante el crecimiento de los pagos digitales y las debilidades mostradas por el sistema financiero tradicional?
Estas son apenas algunas preguntas que se pueden dibujar rápidamente en la mente con respecto a las CBDC, pero lo que sí parece estar claro, es que la carrera por las monedas digitales nacionales inició formalmente en este 2020, y que, a pesar de las implicaciones y el tiempo en que los bancos centrales han tomado para responder a la digitalización del dinero, no corresponden a una revolución en sí mismas, sino una forma de evolución para el sistema financiero convencional.
La visión de “evolución, no revolución”, fue abordada recientemente por el Director del Centro de Innovación del Banco de Pagos Internacionales (BSI), Benoit Coeuré, quien compartió algunas relflexiones sobre las CBDC, sus implicaciones y el futuro de las mismas, en un reciente artículo de opinión publicado en CoinDesk. El funcionario del BSI, expresa que balancear las oportunidades y los riesgos tras las CBDC, supone un “desafío práctico y técnico”.
Entre los beneficios de las CBDC, explica que la garantía de acceso a dinero seguro a medida que las economías avancen en el ámbito digital, es un factor importante, brindando además mayores casos de uso en comparación con el dinero efectivo, promoviendo la diversidad de pagos, el acceso a pagos transfronterizos rápidos y económicos, además de ayudar en la inclusión financiera y las transferencias en tiempos de crisis, mencionando la actual situación de pandemia Covid-19 que afecta al mundo, uno de los catalizadores además podríamos decir en la avanzada digital de los bancos centrales con las monedas digitales.
En contraparte, el líder de innovación en el Banco de Pagos Internacionales, mencionó sobre las CBDC y las preocupaciones a su alrededor:
No obstante, se ha expresado la preocupación de que un nuevo tipo de dinero súper seguro y súper conveniente podría desplazar los depósitos bancarios y privar a una economía de crédito en tiempos normales, mientras que las inseguridades incipientes podrían convertirse en corridas bancarias más rápidas que nunca gracias a cómo fácil podría ser transferir ahorros a efectivo digital
La premisa es clara, según explica Coeuré, las CBDC deben llegar como una alternativa para el efectivo, como un complemento, que sirva para llevar innovación al sistema monetario, incluso más allá de las crecientes opciones al ecosistema de pagos que ofrece, aunque aclara que “no son un revolución ni un fin en sí mismas”, ni que tampoco servirán como el “comienzo de una era de prosperidad ni resolverán una serie de problemas sociales”, que según su visión, van más allá de cualquier moneda.
Más enfocadas hacia la evolución, las CBDC corresponden a una iniciativa que es particularmente explorada por el BSI, asegura Coeuré, por lo que trabajan conjutamente con los más de 60 bancos centrales que componen a la institución, con la visión puesta en el futuro, para así brindar herramientas finacieras y garantizar que los pagos transfronterizos sean “más rápidos, transparentes y económicos”.
El funcionario también confirmó que para finales de año, el Centro de Innovación del BSI está preparando su primera prueba concepto para una CBDC conjutamente al Banco Central de Suiza, un proyecto con el que “aumentarán su propia capacidad de blockchain”, comenta, y que esperan sirva como modelo experimental para entender los conceptos básicos de una CBDC minorista, junto al entendimiento de cómo puede vincularse con “sistemas de pago existentes, interfaces de programación de aplicaciones para distribución, rieles de identidad digital, monitoreo de cumplimiento, resiliencia cibernética y de falsificación y funcionalidad fuera de línea”.
Tal y como reseña Coeuré, el Banco de Pagos Internacionales ya lanzó un estándar, una guía relacionada a cómo debe estar desarrollada una CBDC, junto cuáles son sus características, tipos de diseño e implicaciones, junto a una serie de recomendaciones que desarrolló conjuntamente a los bancos centrales de Reino Unido, Suiza, Suecia, Japón, Canadá, la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo.
De igual forma, la mirada centrada en “evolución más que revolución” de Coeuré, también ha sido expresada por el gobernador del Banco Central de Suecia, Stefan Ingves, quien considera la digitalización del dinero nacional como un paso necesario hacia el futuro y como respuesta a la disminución del uso del efectivo, por lo que están en trabajo para desarrollar capacidades con respecto a su corona digital (e-krona).
Hay naciones abiertamente trabajando en el desarrollo de su CBDC, mientras otras avanzan en consultas públicas o fases iniciales de experimentación, pero lo cierto es que la tendencia hacia el dinero digital nacional continúa y crece con el pasar de los días.
Imagen cortesía: Pixabay
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