La Reserva Federal decidió mantener sin cambios la tasa de fondos federales entre 4.25% y 4.50%, marcando la segunda reunión consecutiva en la que la entidad opta por la estabilidad en medio de crecientes preocupaciones sobre una posible recesión y los efectos de las políticas económicas de la administración Trump.
En su más reciente actualización, la Fed revisó a la baja sus previsiones de crecimiento económico para 2025, reduciendo la estimación del PIB del 2.1% al 1.7%. Al mismo tiempo, elevó sus proyecciones de inflación y desempleo, con la inflación PCE subiendo del 2.5% al 2.7% y la inflación subyacente PCE ajustándose del 2.5% al 2.8%. La tasa de desempleo, por su parte, se espera que alcance el 4.4%, una décima por encima de la previsión anterior.
El mercado esperaba la decisión de la Fed
El resultado de la reunión no tomó por sorpresa a los mercados. Según la herramienta FedWatch de CME Group, había una probabilidad del 99% de que la Reserva Federal mantuviera las tasas sin cambios, reflejando una confianza casi unánime en la previsibilidad del banco central.
El comunicado del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) destacó la fortaleza del mercado laboral, pero advirtió sobre riesgos persistentes relacionados con la inflación y la incertidumbre económica global. La Fed reiteró su compromiso de evaluar cuidadosamente los datos de inflación y empleo antes de realizar cualquier ajuste en su política monetaria.
Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, ya había adelantado esta postura en declaraciones previas, enfatizando que la economía sigue mostrando solidez y que no hay una urgencia inmediata para modificar las tasas de interés.
Powell y las tensiones económicas
El discurso de Powell es particularmente esperado, ya que esta reunión de la Fed es la primera tras la implementación de nuevas políticas comerciales de Trump dirigidas a China, México y Canadá. En su reunión de enero, la Reserva Federal ya había señalado que estos aranceles representaban un factor de incertidumbre para la economía estadounidense.
Los economistas advierten que las medidas proteccionistas podrían revertir el reciente progreso en la reducción de la inflación al encarecer los bienes importados y desencadenar represalias comerciales que afecten el crecimiento económico. A pesar de que los datos de inflación más recientes indican una moderación—el índice de precios al consumidor (CPI) aumentó 0.2% en febrero, reduciendo la inflación anual al 2.8% desde el 3%—los temores sobre las consecuencias de los aranceles persisten.
El expresidente Trump, no descartó la posibilidad de una recesión, mientras que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, reconoció el 10 de marzo que no podía garantizar que Estados Unidos evitara una contracción económica. Powell deberá abordar estos temas en su discurso, proporcionando claridad sobre cómo la Reserva Federal percibe los riesgos asociados a la inflación, el comercio y la estabilidad económica.
Bitcoin y la incertidumbre económica
Mientras el debate sobre una posible recesión toma fuerza, Bitcoin vuelve a estar en el centro de atención. Según Robbie Mitchnick, jefe global de activos digitales de BlackRock, un escenario de recesión podría ser un catalizador positivo para Bitcoin.
«Bitcoin responde a la liquidez en el sistema. Se beneficia del gasto fiscal, la acumulación de deuda y los déficits, factores que suelen ocurrir en una recesión», comentó Mitchnick en una entrevista: «También se impulsa por tasas de interés más bajas y estímulos monetarios».
Comparando Bitcoin con el oro, el ejecutivo explicó que, si bien es un activo fundamentalmente descentralizado y no correlacionado con los mercados tradicionales, la percepción de los inversores y las expectativas de tasas de interés a corto plazo pueden influir en su precio.
A pesar de las recientes fluctuaciones del mercado, Bitcoin ha mantenido una tendencia positiva, registrando un aumento de aproximadamente 15% desde noviembre. En caso de que la Fed comience a recortar tasas en 2025, como proyecta el mercado, Bitcoin podría consolidarse como un refugio financiero frente a la incertidumbre económica.
La Reserva Federal ha optado por la cautela al mantener las tasas sin cambios en un contexto marcado por incertidumbre económica, tensiones comerciales y preocupaciones sobre la inflación. Las declaraciones de Powell serán clave para entender el rumbo de la política monetaria en los próximos meses y cómo la Fed planea responder a los posibles riesgos de recesión.
Mientras tanto, los mercados observan de cerca la evolución de Bitcoin, cuyo comportamiento futuro podría estar determinado por la combinación de política monetaria, inflación y cambios en la liquidez global. Con la Fed proyectando recortes de tasas en 2025, los inversionistas evalúan si Bitcoin podría convertirse en un activo aún más atractivo en el panorama financiero global.