En una decisión que marca un giro notable en la postura regulatoria hacia el ecosistema cripto, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha eliminado una serie de restricciones que limitaban a los bancos estatales en su participación con criptomonedas y tokens digitales. Esta acción, en conjunto con la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) y la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC), representa un importante paso hacia la integración de los activos digitales en el sistema bancario tradicional.
Eliminación de directrices restrictivas
Las autoridades regulatorias han rescindido dos cartas clave: una emitida en 2022 que obligaba a las instituciones bancarias estatales a notificar a la Fed antes de involucrarse en negocios relacionados con activos digitales, y otra de 2023 que requería una aprobación de “no objeción” para operar con tokens respaldados por el dólar, comúnmente conocidos como stablecoins.
En adelante, los bancos no necesitarán obtener permisos específicos para estas actividades, sino que serán supervisados dentro del marco habitual de inspección bancaria. Esta medida también implica la retirada de dos declaraciones conjuntas de 2023 que advertían sobre los riesgos asociados con las criptomonedas, incluyendo la volatilidad, el riesgo de liquidez y la inestabilidad operativa.
Nuevas oportunidades para la banca tradicional
Con este cambio regulatorio, se abre una vía clara para que los bancos ofrezcan productos y servicios vinculados a las criptomonedas, tales como custodia de activos digitales, facilitación de pagos en monedas digitales, y hasta la emisión de monedas estables propias.
Para el ecosistema cripto, esta es una noticia significativa. Muchas empresas de blockchain y fintech han enfrentado barreras a la hora de acceder a servicios bancarios tradicionales, lo cual ha limitado su capacidad de operar y escalar. Este nuevo enfoque promete fortalecer las alianzas entre entidades bancarias y proyectos de innovación tecnológica en el ámbito de la blockchain.
Contexto político y agenda regulatoria futura
Este cambio se alinea con las políticas pro-cripto promovidas por la administración Trump. En enero de 2025, el presidente firmó la Orden Ejecutiva 14178, que revocó una directiva previa sobre monedas digitales del banco central (CBDC) y creó un grupo de trabajo dedicado a diseñar un nuevo marco regulador para los activos digitales, con una hoja de ruta definida para los próximos 180 días.
Aunque las restricciones han sido levantadas, la Fed ha enfatizado que continuará colaborando con otras agencias federales para desarrollar guías futuras que respalden la innovación sin comprometer la estabilidad financiera. Esto indica que, aunque la regulación será más permisiva, no se abandonará el enfoque de supervisión rigurosa.
Impacto en el mercado de criptomonedas
Desde una perspectiva de mercado, este anuncio podría tener efectos positivos inmediatos, incentivando una mayor participación institucional y aumentando la legitimidad de las criptomonedas en el sistema financiero global. Las criptomonedas, incluyendo Bitcoin (BTC) y Ethereum (ETH), podrían beneficiarse indirectamente del respaldo bancario y la mayor infraestructura que proveen estas instituciones.
Además, se espera un repunte en el desarrollo de infraestructura cripto-regulada, servicios de pago en monedas digitales y nuevas formas de inversión institucional, respaldadas por bancos tradicionales que ahora cuentan con el respaldo normativo para operar en este terreno.
Un punto de inflexión para la industria cripto
Como periodista que ha cubierto el avance de las criptomonedas desde sus inicios, considero este anuncio un punto de inflexión estratégico. Por primera vez, los reguladores no solo están permitiendo, sino incentivando, la participación bancaria en un sector que durante años fue tratado con extrema cautela.
Este nuevo entorno normativo podría acelerar la adopción generalizada de las criptomonedas en Estados Unidos, establecer nuevos estándares de cumplimiento y reforzar la confianza del público en los activos digitales.