La guerra comercial entre China y Estados Unidos sumó un nuevo capítulo con el reciente aumento de aranceles por parte del gobierno chino, que elevó ciertas tarifas a productos estadounidenses hasta un 125%. Esta respuesta, que sigue a una medida similar de Washington, ha generado una oleada de reacciones en los mercados internacionales. En medio de este clima, vuelve a debatirse el impacto de la guerra comercial en Bitcoin y si realmente cumple el rol de “refugio seguro” ante las turbulencias globales.
Aunque históricamente el oro y los bonos del Tesoro han sido los destinos predilectos para los inversores que buscan seguridad en tiempos de incertidumbre, el comportamiento de Bitcoin en estos contextos sigue generando opiniones encontradas.
Una escalada que reconfigura la narrativa económica
La decisión de China se anunció poco después de que Estados Unidos aumentara sus propios aranceles, profundizando un conflicto que lleva ya varios años y que ha tenido múltiples etapas de represalias mutuas. Las autoridades chinas calificaron la medida estadounidense como un acto de “hegemonía” y “hostigamiento económico”, y aseguraron que no buscan seguir escalando el conflicto, aunque dejaron clara su postura de defensa.
Mientras tanto, los mercados reaccionaron con movimientos mixtos. El oro subió un 0,35%, los bonos estadounidenses se fortalecieron con un aumento del 0,12% en su precio, y el petróleo cayó más de un 1% debido al temor de una desaceleración en la demanda global.
¿Cómo reaccionó Bitcoin?
Bitcoin, que inicialmente cayó cerca de 0,60% en medio de la incertidumbre previa al anuncio, mostró una leve recuperación tras conocerse la noticia, aunque cerró casi sin cambios en torno a los 81.292 dólares. Esta reacción neutra alimenta nuevamente el debate sobre si Bitcoin actúa como un activo refugio o si se comporta más como un activo de riesgo, volátil y dependiente del apetito del mercado.
En episodios anteriores de tensiones comerciales o crisis geopolíticas, Bitcoin ha mostrado comportamientos dispares. En algunos casos ha subido junto al oro, y en otros ha caído junto a las acciones. Esta ambigüedad hace difícil categorizarlo con precisión en términos macroeconómicos.
Qué buscan los inversores
En momentos de tensión global, los grandes inversores suelen redirigir su capital hacia activos considerados más estables o menos expuestos al riesgo político. Por eso suben el oro y los bonos soberanos. Pero Bitcoin, pese a su creciente adopción institucional, sigue siendo visto por muchos como un activo especulativo.
Su volatilidad, la ausencia de respaldo estatal y su regulación aún incipiente en varios países dificultan su posicionamiento como reserva de valor frente a escenarios de crisis tradicionales.
Sin embargo, hay quienes sostienen que Bitcoin puede funcionar como cobertura frente a políticas monetarias expansivas o devaluaciones, dos factores que suelen acompañar conflictos prolongados como una guerra comercial. Desde esta óptica, su comportamiento neutral en este episodio podría ser más una señal de madurez que de debilidad.
Otros activos y el contexto global
El comportamiento del yuan y de los bonos chinos fue prácticamente estable, lo que sugiere que los mercados locales ya habían anticipado la respuesta de Beijing o confían en la intervención del Banco Popular de China para evitar sobresaltos. El S&P 500, en cambio, cayó un 0,63% en la apertura, mostrando que el conflicto comercial sí impacta en la confianza del mercado accionario estadounidense.
En este panorama, el petróleo fue el activo más afectado. Su caída refleja el temor a una baja en la actividad industrial global, especialmente si la guerra comercial se prolonga y afecta a las cadenas de suministro internacionales.
Una identidad aún en disputa
El impacto de la guerra comercial en Bitcoin vuelve a poner sobre la mesa una cuestión clave: ¿es Bitcoin un refugio financiero o simplemente un termómetro más del riesgo global?
La respuesta, por ahora, no es definitiva. Mientras algunos lo consideran oro digital, otros lo ven como una tecnología en desarrollo cuya utilidad económica depende más de la narrativa que del comportamiento histórico.
Lo cierto es que el escenario actual ofrece una oportunidad para observar cómo se comportan los distintos activos frente a un conflicto prolongado entre dos superpotencias. Y, en ese contexto, Bitcoin sigue construyendo su identidad, entre la especulación, la innovación y la posibilidad de ser, algún día, una reserva de valor global consolidada.