El ecosistema cripto ha sido sacudido por la abrupta caída del token OM de Mantra, que perdió más del 90% de su valor en cuestión de horas. Pese a la reciente declaración de la compañía, varios aspectos clave permanecen sin respuesta, dejando a la comunidad con más preguntas que certezas.
Un colapso inesperado: ¿Qué pasó con OM?
El pasado 13 de abril de 2025, el token OM activo nativo del protocolo Mantra sufrió una caída estrepitosa del 92%. Esta caída tomó por sorpresa tanto a inversores minoristas como a grandes participantes institucionales, generando una ola de especulaciones y desconfianza.
En una declaración oficial emitida el 16 de abril, Mantra atribuyó la crisis a liquidaciones forzadas, derivadas de grandes volúmenes de tokens OM utilizados como colateral en exchanges centralizados. No obstante, el comunicado no profundiza en la mecánica exacta del colapso, ni identifica públicamente a las entidades involucradas.
Una respuesta incompleta en medio de la incertidumbre
El CEO de Mantra, John Mullin, señaló que el equipo se encuentra investigando a fondo el incidente. Mencionó que están evaluando la posibilidad de contratar una firma de auditoría forense, como FTI Consulting, para realizar un análisis técnico del suceso. Sin embargo, no se ha confirmado la contratación, lo que incrementa la percepción de falta de transparencia.
Además, se comunicó que se han contratado analistas expertos en blockchain para rastrear el origen de las transacciones que derivaron en el derrumbe del token. Aunque estas medidas buscan calmar a los inversores, la falta de detalles concretos ha alimentado el escepticismo.
Doble identidad del token: OM ERC-20 vs. OM nativo
Un aspecto técnico clave que emergió tras la caída es la existencia de dos versiones del token OM: una bajo el estándar ERC-20 en Ethereum y otra en la red principal de Mantra. La caída afectó principalmente a la versión ERC-20, que representa la mayor parte del mercado líquido.
Este punto ha generado confusión entre los usuarios, ya que los movimientos de precio del OM nativo fueron significativamente menores. La falta de distinción clara en la comunicación oficial ha dificultado la comprensión general del incidente.
Discrepancias de precios y manipulación sospechosa
Uno de los elementos más inquietantes reportados por traders fue una divergencia de precios significativa entre los exchanges OKX y Binance, aproximadamente una hora antes del colapso. Esta diferencia podría haber sido utilizada para ejecutar estrategias de arbitraje o manipulación, aunque Mantra no ha abordado este punto directamente.
Tampoco se ha explicado si hubo alguna anomalía en los oráculos de precios o errores de infraestructura en los exchanges que facilitaran esta situación.
¿Qué sigue para Mantra?
En un intento de restaurar la confianza, Mantra anunció un plan de recompra y quema de tokens OM, aunque sin un cronograma definido ni una hoja de ruta clara. Esta medida busca reducir la oferta circulante y apoyar el precio, pero su impacto dependerá de su implementación y del sentimiento de mercado.
A pesar de la crisis, Mantra mantiene una plantilla de aproximadamente 90 empleados a tiempo completo, y Mullin aseguró que no hay despidos previstos. La empresa parece comprometida con la continuidad de sus operaciones, pero la credibilidad de su equipo de liderazgo ha sido puesta a prueba.
La comunidad exige respuestas concretas
Hasta el momento, la comunidad cripto sigue esperando un informe técnico detallado, que esclarezca el papel de los exchanges, la relación entre las versiones del token y la responsabilidad de los grandes holders. Las redes sociales y foros especializados se han llenado de teorías, acusaciones y reclamos de mayor transparencia.
El caso OM pone en evidencia los riesgos de depender de colateral en exchanges centralizados, la fragilidad de los mecanismos de gobernanza de muchos protocolos DeFi y la importancia de la comunicación clara y oportuna en momentos de crisis.