En un giro que podría redefinir el panorama financiero, el CEO de Bank of America, Brian Moynihan, ha declarado que la institución está preparada para integrar los pagos en criptomonedas en el sistema bancario de los Estados Unidos, siempre y cuando los reguladores otorguen el visto bueno. Estas declaraciones, realizadas en el Foro Económico Mundial de Davos, marcan un hito en la relación entre los sectores bancario y cripto, históricamente caracterizada por la desconfianza y la cautela.
La postura de Bank of America sobre los pagos en criptomonedas
Moynihan señaló que, si las normativas regulatorias establecen un marco claro, el sistema bancario podría involucrarse «con fuerza» en el uso de criptomonedas como método de pago. Según explicó, estas monedas digitales podrían ser tratadas como cualquier otro medio de pago, similar a Visa, Mastercard, Apple Pay o tarjetas de débito.
Particularmente, el interés del banco parece centrarse en las stablecoins respaldadas por activos tradicionales, como el dólar estadounidense. Estas monedas, consideradas menos volátiles que activos como Bitcoin, tienen el potencial de integrarse fácilmente en las redes de pago existentes. «Si nuestros consumidores quieren utilizarlas, creemos que hay valor en ello», añadió Moynihan.
No obstante, el CEO aclaró que su enfoque no está en criptomonedas como Bitcoin como reserva de valor o inversión, afirmando que esa es «una cuestión completamente distinta».
Un cambio en la narrativa: De la crítica al liderazgo
La relación de Bank of America con las criptomonedas no siempre ha sido favorable. En 2018, Cathy Bessant, entonces directora de tecnología del banco, criticó la falta de transparencia de las criptomonedas, describiéndolas como «la antítesis» de los principios que rigen el sistema bancario tradicional. Sin embargo, en los últimos años, la institución ha adoptado un enfoque más proactivo, invirtiendo significativamente en blockchain y acumulando cientos de patentes relacionadas con esta tecnología.
Un ejemplo destacado es la colaboración de Bank of America con Paxos Settlement Service, una plataforma basada en blockchain que permite acelerar los procesos de liquidación de transacciones bursátiles, reduciendo los tiempos de 48 horas a casi instantáneos. Además, en 2024, la filial de inversión del banco, Merrill Lynch, incluyó fondos cotizados en bolsa (ETF) de Bitcoin en su oferta para clientes de alto patrimonio.
La transición hacia una integración bancaria-cripto
Bank of America no está solo en este cambio de paradigma. Otras instituciones financieras, como JPMorgan Chase y BlackRock, han comenzado a adoptar criptomonedas y blockchain para modernizar sus servicios. Por ejemplo, el JPM Coin, una stablecoin diseñada para transacciones institucionales, ya procesa transacciones diarias por valor de mil millones de dólares. Por su parte, BlackRock lanzó en 2024 el mayor ETF de Bitcoin del mundo, consolidando aún más la legitimidad de las criptomonedas como activos de inversión.
En este contexto, las stablecoins han emergido como un actor clave. Según datos de Coinbase, estas monedas procesaron transacciones por valor de $10.8 billones en 2023, con un aumento del 17 % en actividades orgánicas como pagos de consumidores y transferencias empresariales. Este crecimiento posiciona a las stablecoins como competidoras directas de los sistemas de pago tradicionales.
¿Cómo podrían los pagos en cripto transformar el sistema financiero?
Si los bancos estadounidenses adoptan pagos en criptomonedas, el impacto podría ser transformador. En primer lugar, los consumidores podrían realizar pagos cotidianos, como compras de comestibles o suscripciones, utilizando billeteras digitales vinculadas a sus cuentas bancarias, eliminando las tarifas y los retrasos asociados con tarjetas de crédito o transferencias ACH.
Además, las criptomonedas podrían revolucionar las transferencias internacionales, que actualmente son lentas y costosas. Un empresario en Texas, por ejemplo, podría pagar a un proveedor en Singapur en segundos, sin necesidad de conversiones de divisas ni bancos intermediarios.
Por otro lado, esta tecnología también podría contribuir a la inclusión financiera. En un país donde más de 19 millones de hogares permanecen sin acceso a servicios bancarios, según la FDIC, las criptomonedas ofrecen una alternativa viable, requiriendo solo un teléfono inteligente y conexión a internet.
El camino por recorrer
A pesar del entusiasmo, quedan desafíos importantes. Los reguladores deben establecer un marco claro que garantice la seguridad, la transparencia y el cumplimiento de las normativas financieras. Mientras tanto, los bancos deberán invertir en infraestructura tecnológica para gestionar eficientemente estas nuevas formas de pago.
En última instancia, la integración de pagos en criptomonedas por parte de instituciones como Bank of America podría marcar el inicio de una nueva era para el sistema financiero, transformando cómo consumidores y empresas interactúan con el dinero en un mundo cada vez más digital. ¿Será este el paso definitivo hacia la convergencia entre los sectores bancario y cripto? El tiempo lo dirá.
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